viernes, 24 de abril de 2009

MARCELINO MADRIGAL CENSURADO

El amigo de mi amigo dice

El amigo de mi amigo dice: Por Marcelino Madrigal

VEAMOS O MIREMOS PARA OTRO LADO, HAY QUE JODERSE

SACO ESTA ENTRADA DEL BLOG DE LA LUNNA DE SKORPIO, Y LO EDITO EN WRITTER QUE APRENDI A USARLO GRACIAS A MARCE, Y ASI LO EDITO EN 5 BLOGS A LA VEZ

Buenas.

Iba a escribir sobre el desinterés de la blogosfera sobre los temas sociales y demás, pero me parece que nadie me haría caso, así que he decidido que me lo voy a ahorrar, y a cambio permítanme que les cuente una historia de Domingo

Yo vivía al final de Madrid. Literalmente. Salía a la calle y un portal más abajo se extendía campos de trigo. Ningún edificio ni carretera. Vallekas, en el este de Madrid era el fin del mundo civilizado. Había litronas entre 5 o 6 tipos que no juntábamos mil pelas (6 Euros). El costo había que ir a buscarlo a sitios jodidos, y nadie te lo ofrecía por la calle si no te conocía a ti o a tu hermano mayor. La gente de mi edad madrugaba y se iba a currar en un autobús donde se los asientos se rifaban, y tenias que pelear con las viejas para poder dormir unos minutos en el metro. Si un abuelo te llamaba la atención sabías que te podía caer la de dios, y bajabas la cabeza y levantabas el vuelo.

Los malos eran los 4 gambas de siempre, y siempre eran los mismos. Si los venias venir igual acababas a hostias, pero al día siguiente ya no se metían contigo. No salíamos los días de diarios para conseguir tener lo suficiente para salir el viernes y el sábado. No daba para más el tema. Quedábamos los domingos para jugar un partido de fútbol interminable, y no había copa, había un litro de cerveza bien frío que pagaba uno de los que perdía a uno de los que ganaba religiosamente. El fútbol molaba y a uno le ponían el apodo del que metía más goles, no del que ganaba más dinero y más anuncios hacía.

Los padres venían tarde porque hacían horas extras para sacar adelante a la prole de hijos. Las madres cuidaban de ellos, los llevaban al Cole, les daban enormes bocadillos de cualquier cosa y los volvían a mandar a la calle. Siempre sabían dónde estábamos, y cuando alguno volvía con la cabeza abierta por la última batalla a pedradas le daban una colleja y le tiraban de la oreja. Los mayores en verano sacaban las sillas y se tiraban hablando hasta las tantas, y algunos dormían en la misma calle hasta que el sol los despertaba. 

Escuchábamos rock en casetes, y cuando uno ganaba su primer sueldo se compraba unos Levis, unas John Smith y la ultima camiseta de los Maiden. Si tenía suerte y le daban paga se iba a Gandía de camping con 4 como él a desparramar con las guiris. Si no, siempre quedaban las acampadas en la sierra, donde para oxigenarse se llevaba mucho tabaco, Whisky segoviano, unas latas de La piara y mucho costo. Nada de Erasmus, ni de redes sociales, ni esas cosas. Con los colegas de siempre.

Era raro que la gente se matara con el coche, o con las motos. Las pelas no daban para esas cosas, así que tocaba tren, y autobús. No había Internet. Había campo y grillos. No había consolas, había balón. Poca discoteca, y mucho de bodega con botellines helados. Y mucha charla. Charla sobre todo. Las chicas, el curro,  la vida y lo que uno sería de mayor y como serian las cosas.

Algunos viernes por la noche, en verano, miro por mi ventana y veo tantas grúas, tantos coches tuneados al límite conducidos por cerebros de 50 cm cúbicos. Tantos jóvenes metiéndose de todo y diciendo que están de fiesta cuando igual en 10 minutos se están abriendo la cabeza unos a otros por cualquier gilipollez. Niñas y niños disfrazados como el último mamarracho famoso que ha salido en la televisión 15 minutos por contar con quien folla. Tanta prisa y tanta frustración en la calle. Gente discutiendo por cómo pagar hipotecas, gente discutiendo porque no se puede ir de casa de sus padres. Gente discutiendo por todo 

Seguramente ahora hemos avanzado de la hostia, y la gente tenga oportunidad de tener un conocimiento y el acceso a la biblioteca universal en forma de Google. Blogs y Youtube. Descargarse la música y las películas que uno quiera. Tuenti, y yo que sé.

Mil cosas. E incluso seguro que está bien que tú leas esto. en esa modernidad llamada blog. Pero yo me pregunto algunas veces si vale la pena.

¿Qué cojones hemos hecho?

Etiquetas de Bitacoras : Marcelino Madrigal

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libertaddeexpresiondy4

1 comentario:

Mayson dijo...

Esto es un despropósito, un hecho aberrante, un atentado a la inteligencia.
Llevo en WLS un año y medio (en blogger 1 mes) y veo siempre, y escucho, la misma melodía, ya casi inaudible, como la ambiental de "mercamona" : espacio amenazado de cierre, espacio cerrado, RIP!!!
Los super-mega-hiper-mola guay de Microsoft se erigen en Roucos de las buenas maneras, de la salvación de nuestras almas, tan expuestas, pobres, a la lascivia, al pecado capital de la carne.

Generan en nosotros, los usuarios, una insatisfacción, una impotencia,una desconfianza... que vamos a tener que actuar contra ellos como los de USA contra las tabacaleras.

Y luego te animan a que abras un espacio y te expreses libremente... ¿LIBREMENTE?